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¿En qué se diferencia un intercambiador de calor farma de uno alimentario?
Los intercambiadores de calor tubulares se utilizan en diversas industrias, desde tratamientos de aguas hasta la preparación de agua ultrapura para aplicaciones farmacéuticas. Vamos a ver las características que debe tener un intercambiador farma y en qué debemos fijarnos.
Un intercambiador de calor consiste en un fluido de servicio que aporta calor (o frío) al producto a tratar. Debe tener, en la mayor parte de los casos, una separación entre sus conductos para evitar contaminaciones cruzadas. En los intercambiadores de placas, encontramos precios más económicos, pero un rendimiento netamente inferior. Los intercambiadores tubulares, gracias a su diseño, aprovechan mucho mejor la eficiencia térmica de intercambio entre un 40 y un 90%.
Uniones en el intercambiador de calor sin soldaduras = mayor asepsia
Dentro del mundo de los intercambiadores tubulares, cada fabricante aplica diferentes diseños y criterios para llegar a una determinada eficiencia y asepsia. Por ejemplo, la marca europea MBS, utiliza tubos sin soldadura en AISI 316L de alta calidad para evitar corrosiones y zonas de contaminación asociadas a soldaduras defectuosas.
Acabado superficial en el intercambiador = menos zonas muertas
Todas las partes en contacto con el producto disponen de un acabado superficial inferior o igual a 0’5µ, el más habitual en el ámbito farmacéutico. Bajo pedido, se pueden solicitar acabados electropulidos con una rugosidad inferior.
Intercambiador de tubo corrugado vs tubo liso = mayor o menor turbulencia
La corrugación de tubo es dotar de pliegues a un tubo liso. ¿Por qué se hace esto? A priori puede parecer algo que resta eficacia ya que el fluido tardaría más en llegar a su destino, pero lo que se busca con esto, es una mayor turbulencia durante el tiempo que el producto permanece en el interior de los tubos, logrando así en el caso de los intercambiadores de MBS, una mejora del intercambio de calor entre un 40% y un 90%, dependiendo del perfil elegido y de las características del fluido.
Ausencia de juntas = riesgo de contaminación 0
La eliminación de las juntas previene uno de los puntos más conflictivos de este tipo de procesos, ya que por el desgaste lógico de este accesorio por el paso del tiempo, puede provocar contaminaciones en un material tan sensible como aguas puras y aguas para inyectables (WFI). Otra ventaja es que no requiere mantenimiento que implica desmontar el equipo, evitando paradas técnica, lo que mejora la productividad.
Doble placa = doble seguridad
En los intercambiadores farma como los de MBS, se incorpora una doble placa de unión entre los tubos que tratan el producto y la carcasa que es el compartimento por el que circula el fluido de servicio. Esto se hace para evitar que entren en contacto ambos fluidos y además, en caso de rotura, se vertería el fluido de servicio al exterior de forma clara, con lo que podemos detectar inmediatamente un incidencia.
Aislamiento con lana mineral = aislamiento térmico
El suministro de los intercambiadores MLP de MBS incluye una carcasa de aislamiento de 30mm de lana de roca mineral que aporta un mayor aislamiento al propio intercambiador ganando así una mayor eficiencia a la vez que evita contactos accidentales con el exterior del intercambiador.